La importancia de conocer cuál es mi tipo de piel
La piel es el órgano más grande del cuerpo, y no solo refleja nuestro estado de salud general, sino que también actúa en otro sentido, captando sensaciones y estímulos que viajan desde el exterior hacia el interior del organismo,es extremadamente generosa, y a través de ella sentimos frío, calor, vivimos las emociones (como las caricias, el dolor, el placer o el miedo), es sublime, extensa y nos protege de los daños externos.
¿Cuáles son las funciones que cumple la piel?
- Barrera de protección
- Regulación de la temperatura
- Inmunidad
- Elimina residuos y toxinas
- Permite sentir las texturas, la temperatura y la presión
- Absorbe oxígeno y sustancias necesarias
- Genera resistencia a la pérdida de nutrientes
¿Por qué es importante conocer el biotipo cutáneo?
Es fundamental conocer el biotipo cutáneo para contar con una rutina de cuidado, y cosméticos adecuados, para saber qué tratamientos se pueden realizar, y para qué, además de satisfacer las necesidades de nuestra piel, la misma se mantenga saludable.
El biotipo es el patrón biológico de cada piel, su clasificación se da por la secreción sebácea y sudoral que se emulsionan en nuestra superficie cutánea. A su vez, está influenciado por factores internos, como la edad y la genética, y externos, como el clima y/o los hábitos alimenticios.
Su clasificación se divide en:
Piel normal (eudérmica): hay un correcto equilibrio entre las secreciones, lo que le da un aspecto de piel lisa, suave, tono uniforme, poros poco dilatados o pequeños, hidratación balanceada y no hay tendencia a sensibilizarse.
Piel seca: se da por ausencia de sebo (grasa) y/o agua. Piel fina, reactiva, poco elástica, opaca, rugosa, con tendencia a escamarse y arrugarse. Tiene tendencia a enrojecer, a generar picazón (prurito), y/o eccemas.
Piel grasa: hay una sobre-estimulación de las glándulas sebáceas por lo que nuestro manto hidrolipídico (es el que protege la piel) va a contener más sebo. Textura gruesa, poros dilatados, aspecto untuoso, exceso de brillo, aparecen comedones (puntos negros), pápulas
y pústulas.
Piel mixta: es una combinación de dos tipos normal-seca y grasa o con impurezas, presenta un aspecto brillante y tiende a desarrollar pequeñas impurezas, sobre todo en la llamada zona T (frente, nariz y mentón) y, por lo general, a resecarse en la zona de las mejillas.
Piel sensible: es una condición cutánea, las pieles secas o grasas también pueden ser «sensibles», significa que reacciona más rápido y más fácil, es fotosensible, se ve afectada en mayor medida, por factores externos como cambios climáticos, uso indebido de cosméticos, el cigarrillo, hábitos alimenticios poco saludables, etc.
¿Qué más debemos saber sobre la composición de la piel?
Además de conocer el biotipo, es esencial saber cuál es el fototipo cutáneo y las patologías que ésta transite.
El fototipo cutáneo es la calidad de respuesta de la piel a la acción de los rayos solares, es importante conocerlo, ya que hace referencia a la capacidad del individuo para padecerquemaduras y determina la posibilidad de bronceado.
Existen 6 clasificaciones que están determinadas por el tono de la piel, el color de ojos y cabello y la presencia de pecas:
Fototipo I: piel muy clara, cabello rubio o pelirrojo, ojos claros, nunca se broncea, se quema fácilmente y posee muchas pecas.
Fototipo II: piel clara a intermedia, cabello claro, ojos claros, generalmente se quema, raramente se bronce y aumenta su cantidad de pecas con la exposición al sol.
Fototipo III: piel clara a intermedia, cabello claro tirando a oscuro, ojos amarronados, generalmente presenta un bronceado medio, rara vez se quema y no presenta pecas.
Fototipo IV: piel morena, ojos y cabello oscuro, presenta un bronceado intenso, no se quema.
Fototipo V: piel oscura, cabellos y ojos oscuros, bronceado muy intenso y nunca se quema.
Fototipo VI: piel negra, cabellos oscuros y ojos oscuros, no se broncea ni se quema.
Independientemente del tono de la piel debemos utilizar protector solar a diario, para cuidarnos de los rayos Uva y Uvb, reforzándolo cada 2.30hs si nuestra exposición va a ser directa, y utilizando un factor acorde al fototipo ( I y II se recomienda factor 50 en rostro, cuello y escote).
Las patologías cutáneas hacen referencia a las enfermedades que transita la piel, cómo puede ser la rosácea, el acné, el vitiligo, la psoriasis, la dishidrosis, la seborrea, la celulitis, los melanomas, entre otras. Es un punto clave saber qué trastornos abordan a la piel para saber cómo se deben afrontar. Por ejemplo, una piel grasa, con un fototipo bajo (I o II) puede padecer rosácea o seborrea, por lo que al contrario de tratarla con químicos o astringentes para regular las secreciones sebáceas, debemos utilizar principios activos que descongestionan, calman y suavizan, para evitar el enrojecimiento (flushing), la picazón (prurito) y por sobre todo, que el cuadro empeore.
Una vez conocida la composición interna de la piel, ¿Qué otros factores debo tener en cuenta para comenzar a cuidarla?
Además de conocer el biotipo, fototipo y patología cutánea, debemos tener en cuenta los factores externos a la hora de elegir un cosmético o un tratamiento.
¿A qué hace referencia un factor externo? Principalmente al clima, ya que si vivimos bajo un clima seco, la piel grasa no va a reaccionar de la misma manera que bajo un clima húmedo, por lo que debemos prestar mucha atención a su hidratación. Otro factor importante son los hábitos de consumo, cómo la alimentación, la ingesta de agua (no mate, infusiones, jugos, mucho menos gaseosas), o medicamentos, el descanso, el estrés, la actividad física y cualquier enfermedad por la que se esté transitando, por ejemplo la celiaquía, ya que un celíaco no puede consumir TACC en ningún cosmético.
Ahora sí estamos listos para crear una rutina de cuidado que se adapte a las necesidades de la piel y el organismo, no sólo por una cuestión estética, si no para evitar que cualquier sustancia que contenga un cosmético termine dañándola y poniendo en riesgo nuestra salud.
Fuente: Libro “Dermato Estètica Aplicada” – Dres. Natàn Gotlib y David Muhafra y colaboradores – CCEDI – Cosmetología, Cosmiatría, Estética y Dermatología Integradas.