El impacto de los tránsitos lunares

La fuerza gravitacional que ejerce la luna impacta en todos los elementos de agua, como en las mareas, en los calados de los ríos y por supuesto en nuestro cuerpo físico que está compuesto en un 70% de ella.

En Astrología, la función que cumple la Luna, dentro del sistema solar, hace referencia, en lo que denominamos como “mundo externo”, a la madre. la casa, el hogar, etc; y en el llamado “mundo interno” se la asocia a lo afectivo, la memoria y la imagen psíquica materna, de cada individuo.

¿Cuáles son las fases de la Luna?

Fases lunares

Luna Nueva: energía en descenso, tiempo de reflexión, de evaluación desde el interior, llamada también luna de siembra.
Luna Creciente: energía que nos invita a la acción, a iniciar proyectos, a planificar, ordenar y hacer crecer.
Luna llena: energía expansiva, de creatividad, de fertilidad, de expresión, tiempos de cosecha.
Luna Menguante: energía que comienza a bajar, tiempo de análisis, críticas, identificación y reflexión.

El mecanismo Lunar

La Luna de nacimiento es nuestra energía madre, somos mamíferos, por lo qué, biológicamente hablando, entramos a la vida a través del cuerpo de nuestra madre, por ello, es la energía más “familiar”, el medio ambiente afectivo, el vínculo con la madre y todo aquello que se transmite a través del cuerpo y de las emociones durante el embarazo, pero también, incluye a todos los acontecimientos externos que constituyen al hogar y a los primeros años en la crianza de un niñe.

Es una energía que brinda la sensación de seguridad, de intimidad, de afecto; las vivencias dentro de los primeros años de vida qué marcan al niñe, guarda una gran cantidad de información ancestrología y, por lo tanto, está muy asociada a nuestra zona de confort.

¿Cómo impacta el tránsito Lunar en nuestras emociones?

La relación entre el mundo exterior, la luna, y el mundo interior, la mente, impacta inevitablemente en nuestras emociones, sentimientos y deseos, y éstos, a su vez, en el pensamiento y conducta de cada individuo, según el ciclo lunar, podemos sentir alteraciones en la ovulación, la menstruación o la retención de líquidos, e inclusive el ciclo lunar se ha relacionado con episodios de diarrea, insomnio y problemas cardiovasculares.

Además de identificar la fase lunar, y de conocer nuestra luna natal, es importante reconocer la casa astrológica sobre la cual cae cada lunación, ya que a partir de este punto podremos identificar en qué signo zodiacal, y en qué planetas, impacta dicha energía dentro de nuestra carta natal.

La luna rige nuestra base emocional básica, habla de nuestra predisposición cotidiana y es muy predictiva sobre nuestras emociones, por eso cuando nos encontramos transitando a la Luna Nueva, puede que nos sintamos más sensibles, domésticxs, introspectivxs y con la energía vital baja, en cambio, en Luna Llena, quedan expuestos nuestros mecanismos inconscientes, todo aquello que reprimimos, puede que estemos más a la defensiva, con mayor caudal energético a disposición y que tengamos mayor registro de nuestros deseos, dones y valores.

Un viaje por nuestro interior

Conocernos es encontrarnos a nosotrxs mismxs, nos lleva a identificar qué patrones repetimos, saber que nos da seguridad, que nos hace sentir plenxs, vivxs y en paz. Es un aprendizaje cotidiano y una práctica que realizaremos a lo largo de nuestra vida.

La luna es aquella voz que nos nace desde las entrañas, entender que somos seres cíclicos y sintientes nos da el puntapié inicial para emprender ese camino hacia el autoconocimiento, no con el objetivo de juzgarnos, si no, con la idea de encontrar lo más genuino de cada unx, sin etiquetas y sin forzarnos para pertenecer o encajar.

El ciclo menstrual y las fases de la Luna

Desde nuestra primera menstruación hasta la menopausia, las mujeres atravesamos por continuos cambios cíclicos. El cuerpo contiene la sabiduría ancestral de nuestro linaje, que comienza a cobrar sentido cuando nos prestamos atención.

Al conectar con nuestro ciclo menstrual, y sus 4 fases, podemos reconocer nuestras necesidades, emociones y forma de habitarnos. Prestar atención a las señales que nos comparte nuestro cuerpo nos va a brindar herramientas para reconocer si necesitamos más tiempo con nosotras mismas para reflexionar e interiorizar lo que nos pasa, o si estamos más disponibles para dedicarle ese tiempo al exterior.

La Luna Nueva está relacionada con el inicio del ciclo, la menstruación, qué nos trae la tarea de limpiarnos para dar espacio a lo nuevo, nos pide aceptar los cierres y a la muerte como parte de la vida.

La Luna Creciente está ligada a la fase pre-ovulatoria, el fin del sangrado y la preparación para la ovulación, que nos predispone para iniciar proyectos, solucionar problemas y planificar.

La Luna Llena se asocia a la fase ovulatoria, al inicio de la ovulación, que nos lleva a dar vida a nuestros proyectos, ideas, relaciones, a compartir e iluminar.

La Luna Menguante se refiere a la fase pre-menstrual, al momento en el que el recubrimiento del útero empieza a desprenderse, lo que nos predispone a estar más críticas y análiticas.

Fuente: Libro “Las Lunas” Eugenio Carutti, Mujer cíclica por Sophie Style, Libro “Las lunas” Victoria de Aboitiz, “An Introduction to the Somatic Method of Self regulation” by Dr. Mark R. Filippi

Si te gustó esta artículo, ¡Compártelo!

1 comentario en “El impacto de los tránsitos lunares”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones Relacionadas

Articulo 3

Lorem Ipsum es simplemente el texto de relleno de las imprentas y archivos de texto. Lorem Ipsum ha sido el texto de relleno estándar de las

Leer más

El impacto de los tránsitos lunares

En Astrología, la función que cumple la Luna, dentro del sistema solar, hace referencia, en lo que denominamos como “mundo externo”, a la madre. la casa, el hogar, etc; y en el llamado “mundo interno” se la asocia a lo afectivo, la memoria y la imagen psíquica materna, de cada individuo

Leer más

La importancia de conocer cuál es mi tipo de piel

La piel es el órgano más grande del cuerpo, y no solo refleja nuestro estado de salud general, sino que también actúa en otro sentido, captando sensaciones y estímulos que viajan desde el exterior hacia el interior del organismo,es extremadamente generosa, y a través de ella sentimos frío, calor, vivimos las emociones (como las caricias, el dolor, el placer o el miedo), es sublime, extensa y nos protege de los daños externos.

Leer más